Banca Digital

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Tendencias fintech para 2022 que nos van a acercar al mundo (y que nos van a alejar)

El ecosistema fintech fue uno de los más dinámicos de la economía argentina durante 2021. Los números no mienten: de las 302 empresas del sector que existen en nuestro país, 20% fueron creadas durante la pandemia, según la Cámara Argentina de Fintech. El estudio pone de manifiesto, además, que las empresas fintech locales emplean a unas 14.728 personas y que terminarán el año con alrededor de 20.000 empleados.

Sin embargo, la potencia del mundo fintech todavía está en su infancia. El efecto de la pandemia fue significativo (el 2021 muestra un crecimiento del 340% en el uso de billeteras virtuales en relación a igual período de 2020, según el último informe de Uso de Dinero Electrónico de la Red Link), este crecimiento fue vegetativo -es decir, que creció a partir de una obligación- y no disruptivo -no hay un producto puntual detrás que haya apalancado esta subida-.

No obstante, hay dos tendencias que se van a consolidar en el mercado argentino: los productos extrabancarios y el incremento de la digitalización.

Productos extrabancarios: “buy now, pay later”

La tendencia que cada vez crecerá más es la de los productos extrabancarios. Y el caballito de batalla será el  “buy now, pay later” (la posibilidad de cuotificar consumos). Se trata de minicréditos o créditos al consumo: La gente va a empezar a animarse a usarlo y van a aparecer formas de llegar a los segmentos que hasta ahora no se llegó al 100%.

¿Por qué va a suceder esto? En un contexto actual de escasez y endeudamiento de las familias, se busca efectivo no ya para ahorrar sino para consumir.

Cada vez más digitalización

La otra tendencia que mencioné, una mayor digitalización, implica que estos procesos en la banca fintech se van a profundizar, ahora orientados a segmentos más allá de las personas físicas. Llegó el momento de que las pymes y micropymes puedan acceder a servicios financieros regulados en formato fintech y digital.

Los puntos a favor serán los mismos que se ofrecieron a los individuos: onboarding digital y préstamos para capital de trabajo, buscando un segmento desatendido por la banca corporativa como lo es el pequeño comercio y los emprendedores, que incluye también a los profesionales y los autoempleados.

Se trata de un sector que, con la pandemia como obstáculo, comenzó a digitalizar sus finanzas, que antes eran en efectivo casi en su totalidad. Aquel que llegue primero con un producto adaptado a las necesidades de este sector va a pegar dos veces, como ocurrió con MercadoPago y Ualá en su momento, que encontraron la manera de ofrecer un valor diferencial a cada uno de los nichos.

Las dos “no-tendencias” que siguen a continuación no creo que lleguen durante 2022. Este hecho nos va a mantener alejados de los principales mercados del mundo cuando a tecnología financiera se refiere.

Open Banking

No habrá mucho avances durante 2022 en lo que a Open Banking se refiere, a contramano de lo que sucede en el resto del mundo, donde con mayor o menor apertura se avanza a un modelo que está pensado para favorecer la competencia y la democratización de servicios financieros con una oferta pensada de cara al consumidor.

En la Argentina no veo mucho movimiento a nivel regulación y, además, todavía falta madurez y masa crítica. Recién estamos empezando a digitalizar las operaciones, los próximos pasos necesarios para comenzar a pensar en serio en el Open Banking son el uso más masivo y los análisis de demanda. Estamos en ese camino pero faltan aún varios años.

Un buen ejemplo de lo que puede pasar se puede ver en el pasado, lo que sucedió durante los cinco años anteriores a que llegarán realmente los pagos móviles al país y que su uso se masificara. Los gurúes continuamente auguraban la llegada a las masas pero esto realmente ocurrió cuando la necesidad creció; es decir, con la llegada de la pandemia y las dificultades que siguieron para hacernos de efectivo.

El sistema bancario argentino está muy fuerte pero la desconfianza en todo el sistema (político, económico, financiero) persiste en el ciudadano de a pie, por el comerciante que ve como el valor de su negocio cae en picada sin visos de recuperación más allá del corto plazo.

Hay productos que ya existen, como los e-cheq o la venta de facturas electrónicas, pero que no terminan de despegar: se siguen usando los cheques de papel para terminar apelando, en ocasiones y ante la necesidad de hacerse de dinero físico, a soluciones informales; y en el caso de la factura electrónica, no alcanza con que esté digitalizado el proceso de emisión, sino que además tiene que estar digitalizado los datos que por ahora se quedan entre la AFIP y el emisor, que al día de hoy no llega a las entidades que podrían hacer que las tasas para vender las facturas sean realmente atractivas, hecho que al día de hoy no ocurre.

El Open Banking permitiría la existencia de un agregador fintech que compare las tasas de todos los bancos y que luego indique cuál tiene una mejor oferta. Estamos recorriendo ese camino pero falta mucho más que un año calendario.

QR interoperable

El QR interoperable que va a entrar en funcionamiento total a fines de este año nos lleven a un “modelo chino” al estilo Alipay en el que haremos todos con billeteras virtuales: todavía hay miedos, roces, problemas políticos que nos van a complicar el camino.

Se va a comenzar a utilizar pero las trabas que pondrán los jugadores más grandes van a opacar, al menos durante un tiempo, este desembarco.

Como dije más arriba, el ecosistema fintech argentino está en pañales. Y dependerá de las decisiones de sus “padres” -reguladores y grandes jugadores- la posibilidad (o no) de que crezca con salud.