Un tiempo después, sus caminos se cruzaron, decidieron apostar por su emprendimiento y empezaron a brindar servicios de consultoría para Banelco, Coelsa, SUBE y Wincor Nixdorf, entre otras firmas.

La premisa era construir una organización en la que pudieran hacer lo que mejor sabían hacer, pero hacerlo desde sus casas, a su propio ritmo y junto a sus familias. Así nació flexibility, una empresa de software para bancos, fintech y retailers que propone crear una nueva manera de relacionarse.

Con visión de futuro

El contexto en el país y en el mercado era muy distinto hace 8 años. Sin embargo, ambos entendieron, tal como relatan, que este iba a ser un mundo mixto entre bancos y nuevas empresas.

“En el pasado estuvimos correctos, con un abordaje claro y diferente, y hoy estamos cosechando todo lo que sembramos. Tuvimos las dos miradas: construir una fintech totalmente nueva, con plataformas 100% digitales, o crear nuevos productos financieros digitales desde lo que ya existía”, explica el CXO de la compañía.

Y Ces aclara: “Cuando empezamos el término fintech no existía y evolucionó radicalmente desde un escenario de conflicto con la banca tradicional. Hoy está totalmente instalado el escenario de cooperación. Ya nadie discute el Cloud, ni el Open Source, y los modelos son mixtos”.

Hoy en día, ellos admiten, que ante las diferentes situaciones y contextos que se les presentaron, su mayor fortaleza siempre fue ser adaptables, estar “diseñados” para el cambio e ir creciendo a partir del aprendizaje diario.

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Un modelo de gestión flexible y horizontal

Si bien, como relata Ces, cuando comenzaron no tenían muy en claro cómo hacerlo, la empresa fue encontrando su misión de “manera natural”. “Con el crecimiento del proyecto, el por qué tenía que tener más sustento”, afirma.

Y por su parte, Picallo destaca: “El desafío es certificar como Empresa B y convertirnos en una organización de triple impacto. Este modelo representa el tipo de gestión que queremos”.

Tal como cuentan sus propios creadores, flexibility pasó de ser un equipo de 20 personas a uno de 60 en tan solo un año. En ese crecimiento abrupto, entendieron que tenían que seguir fieles a su propósito inicial y mantener una idea de empresa en cuyos procesos todos pudieran participar.

“Queremos una organización que contemple el desarrollo, tanto profesional como personal, de todos los que están involucrados o relacionados con nosotros”, subraya Ces. Por eso, también resalta que trabajan fuertemente para generar espacios en los que sus colaboradores puedan sentirse involucrados.

“No quiero que ésta se convierta en una empresa donde la gente sienta que tiene más para dar y no puede hacerlo. Mi deseo es que siempre haya un gap de desafío entre la persona y su función o responsabilidad”, concluye Picallo.

Con una meta y una visión clara sobre el horizonte, es que los líderes de flexibility, a diferencia de empresas con una estructura más burocrática o verticalista, invitan a los integrantes de su equipo a “entender los problemas desde abajo”. Y así, todos juntos, generar procesos y herramientas que les permitan construir el cambio hacia el futuro.

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