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Trabajar con agilidad y utilizar metodologías ágiles parece lo mismo pero no lo es

Las herramientas y metodologías ágiles (Scrum, Kanban, Scrumban, Design Thinking, Lean, Product Discovery, etc.) son marcos de trabajo que nos permiten practicar la agilidad. Pero si de fondo no hay un compromiso real en pos del cambio, la aplicación de estos métodos no dará los resultados esperados.   

Nuestro propósito es relacionarnos de manera diferente con todo el ecosistema. Nos apalancamos en los cuatro valores de la agilidad y estamos en proceso de pasar de una forma de trabajo tradicional, a una ágil que propicia un mindset que nos acerca a ese objetivo. 

La agilidad nos permite cambiar constantemente: dar pasos chicos, equivocarnos rápido, aprender y, en base a eso, mejorar y entregar valor.

Metodologías ágiles en flexibility

En flexibility, somos una redarquía, tenemos equipos de trabajo con funciones y responsabilidades específicas. En línea con esto, promovemos que cada equipo pueda adoptar la metodología ágil que mejor se adapta a su contexto. Utilizamos Scrum, principalmente en los equipos de operaciones dado que es muy útil para entregar desarrollos de software. Los equipos desarrollan productos en pequeñas partes usables para entregar valor al cliente de manera temprana, y a partir de eso mejorar y continuar entregando valor.

El equipo de administración tiene otro tipo de procesos, con características en donde las variables cambian con menos frecuencias. Hay algunas herramientas y metodologías que se pueden usar en ese tipo de áreas, como Kanban, que le permite al equipo evolucionar sus proyectos y trabajar bajo los cuatro valores de la agilidad. 

Implementación de agilidad y metodologías ágiles

Encontramos en la agilidad una respuesta alineada a nuestros valores: somos resilientes, permeables al error, aprendemos muy rápido y nos importan las personas. La agilidad es un camino que nos sirve para mejorar constantemente nuestros procesos de trabajo y las entregas tanto para clientes como para el resto de nuestra comunidad de trabajo.

Nos llevó más o menos dos meses convencernos de que este era el camino. Trabajamos con la orientación de una agile coach y empezamos a ver cambios y mejoras. Optimizamos el uso de Scrum justificando cada uno de los eventos. Una retro, por ejemplo, tiene una finalidad específica, no es juntarse para hablar de cosas. Es necesario entender que sirve para encontrar qué se hizo bien y mal en este sprint, ver oportunidades de mejora y poder implementarlas en los próximos quince días.

A partir de ver el para qué de las cosas que hacíamos, todo empezó a funcionar más orgánicamente. No alcanza con implementar la metodología si no se entiende. Esa respuesta está en el corazón de la agilidad, en los cuatro valores. Cuando cada una de las cosas que hacés cada día está linkeada a esos valores, todo fluye orgánicamente. La clave para trabajar con agilidad y no sólo usar una metodología ágil es entender esto.